domingo, 22 de abril de 2012

"Alma,

Él no bebe cerveza. 
Creo que no hay vocabulario todavía que describa lo que ocurre cuando sus labios la tocan y hasta el vaso se estremece.
No es algo que se vea todos los días. Creedme si os digo que entre ellos ocurre algo que te hace sentir indiscreta si lo miras. No sé quién seduce a quién, ni sé mi papel cuando se acerca a ella y se empapa los labios. Le he visto entrecerrar los ojos antes de dejarla entrar. He imaginado su lengua apretándola contra el paladar y analizando sus detalles. Descubriendo sus aromas y desnudándola despacito.
La mira, mientras tanto, escondida en su vaso. 
Ella baila y él echa su cabeza hacia detrás. 
Se lo veo en las pupilas: se le forman palabras. Ácida, alcohólica. Le busca las cosquillas, la escucha. La entiende. Puedo imaginar cómo se siente esa cerveza, expuesta en su boca, desnuda y sin secretos, bailando entre sus labios porque, en fin, cómo no vas a dejarte hacer. Si te hacen tan bien. 
Yo le observo sin entender nada cuando él le da una segunda oportunidad a sus palabras y la vuelve a probar, insistente, sin dejar el vaso. No le entiendo y él lo sabe. No digo nada. Les miro incómoda y fascinada ante el erotismo de sus labios contra el cristal. 
Deseando ser cerveza

al menos, un ratito.

viernes, 13 de abril de 2012

Cuando sobran las palabras



Casi 700.000 niños viven en la calle sólo en Bangladesh.
No suelo compartir vídeos, pero éste lo merece. Hay que tener horchata en las venas si verlo no te pone los pelos de punta.

Vídeo hecho por la fundación PLAN.

miércoles, 11 de abril de 2012

Hervidero

Incertidumbre. Inquietante e incómoda, ¿atractiva? incertidumbre. Nos movemos como hormigas hambrientas en el centro de Madrid. Sin mirar, ni preguntar, ni decir, ni chillar, y algunos gritan, pero las cabezas son un hervidero y todas arden juntas. A empujones. A hostias. Todos contra todos. Contra todo.
Bajan los sueldos, la precariedad infecta los proyectos, sube el precio del metro de Madrid. Es más barato emborracharse que coger el transporte público. Más barato conducir borracho, más sencillo dejarse resbalar por alguna terraza y mirar al cielo y soportar, ¿disfrutar? la incertidumbre.
Y si tú, y si yo, y si nunca.
Y si quizás sí.
Y dónde coño han escondido los sueños en esta ciudad de alcantarillas.
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