“Querido tú,
Aún no lo sabes, pero vas a enamorarte de mí. Puede que aún
no lo sepas, pero en no demasiados meses vas a descubrirte a ti mismo como la
mitad de un dos. Y no habrá vuelta atrás.
Yo te querré. Como una verdadera loca. Como una heroinómana
a su droga, como una cleptómana de tu tacto, como alguien que sencillamente
necesita un puto psicólogo. Pero no te recomiendo que dejes que eso ocurra. Yo
no soy de querer como se quiere en los libros de autoayuda. No podré estar
contigo, es así de simple. Los fantasmas de mi cabeza me repetirán una y otra vez los múltiples
motivos por los que es mejor así. Filtraré mi querer y no poder en gritarte por
teléfono. Te apartaré; pero esperaré que entiendas que necesito que me abraces contra
mi voluntad.
Ni contigo ni sin ti. Así de fácil, ¿no?
Voy a pedirte que me olvides, pero me enfadaré si lo haces.
Ni me hables de amistad, pese a que sea el principal lema de mi discurso. Me
mostraré impasible a tus propuestas, pero estaré deseando en silencio que por
favor, por favor, me convenzas. Que me persigas y me obligues a besarte, para
después empezar el ciclo y apartarte, llevarme el recuerdo de tus labios a mis
sábanas y revivir tus frases una por una.
Nunca se escribirá sobre gente como nosotros, ¿sabes? Que no
sabemos ser, ni podremos ser nada. Yo tan sólo te querré llena de egoísmo e
incoherencia. Más de lo que sé. Más de lo que me enseñaron a gestionar e
infinitamente más de lo que me gustaría.”