domingo, 28 de febrero de 2010

El alma de un poeta

La isla del poeta (Editorial Siruela) puede que sea uno de los ejemplos más claros de la profundización de Jordi Sierra i Fabra en el terreno de los sentimientos. En una novela tan ligera como intensa, nos presenta a dos personajes aparentemente opuestos, Isa e Isaac, aunque el guiño a sus nombres nos permite saber que no son más que dos caras de una misma moneda.

Isa, de diecinueve años, emprende un viaje sola hasta Colombia, con la intención de conocer al poeta que le salvó la vida. Lo que no espera encontrar es a un hombre que con sesenta y siete años ha decidido huir del mundo, escondido en una isla en la que ya no piensa volver a escribir. Huraño y frío, verá en la llegada de la chica una inoportuna intromisión de la que habrá de librarse de inmediato. Para su pesar, el estallido de una tormenta les obligará a pasar la noche juntos.

La novela se detiene, pues, en una sola noche; espacio y tiempo comprimidos al máximo para llevar a cabo una trama que pudiera parecer un ensayo sobre el pensamiento humano, sobre el amor a la poesía y la soledad del escritor. Todo ello combinado con el estilo característico de Sierra i Fabra, claro y sin florituras, contundente, que se servirá de los dos personajes para retratar, quizás, a un solo poeta: las ganas de conocer el mundo y las ganas de alejarse de él.

Reseña publicada en la revista Culturamas

Elena

Elena no ve más allá de su botellín de cerveza.
Verde. Frío. Lo recorre con sus dedos. Detrás, la gente habla, la gente baila, la gente existe. Ella sólo recorre su cerveza. Siempre ha sido de esas que arrancan las pegatinas, para después hacer una bolita con el papel y metérsela en un bolsillo. Ha llegado a adquirir técnica. Primero humedece la pegatina, aprovecha que se deshaga el pegamento y la levanta despacio. Es una experta. Una puta experta.
Porque mientras él habla, mientras él comenta que le gusta su escote, ella sólo levanta una pegatina. Y pone toda su conciencia en ello. Y mientras él dice que hace tiempo que tenía ganas de verla tan cerca, ella estruja con sus dedos el resultado de su obra y lo esconde en sus pantalones.
Porque él quiere verla y ella sólo piensa. Piensa y no dice. No dice que sus ojos se han chocado ya varias veces con las pestañas, de tanto empeñarse en ver. No dice que a veces le gusta más eso de bajar los párpados y masturbar su cabeza con poesía. No dice que lo demás ya le importa un cuerno.
Elena se dejará besar. Elena no soltará el botellín de cerveza. Porque siempre ha pensado que los buenos relatos sólo salen bien si alguien tiene alcohol entre las manos. Más que por lo que desinhibe, por eso del regusto amargo que deja al final de la garganta. Como los buenos relatos: mucho alcohol, mucho sexo, mucha mierda del día después.
Elena no dirá nada esta noche. Flotará mientras ese tipo hace lo que quiere con su cuerpo. Hará su propio recital, más allá de la gente, de las manos, del aire empalagoso de alcohol, sudor y tabaco. Y eso, por unos minutos, será más que suficiente.
---
27/II/2010. Para ti, claro.

jueves, 25 de febrero de 2010

"La literatura infantil y juvenil tiene asignaturas pendientes"

Alfredo Gómez Cerdá, actual premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil y firme defensor de la importancia de esta literatura, cree que cuenta “con una fuerza enorme pero con alguna asignatura pendiente” entre otros motivos, según explicó a Culturamas porque “la prensa prácticamente no habla nada de la Literatura Infantil y Juvenil. Está en una especie de guetto que siguen pocas revistas especializadas”.

El problema es que “la gente que desprecia esta literatura apenas se ha molestado en leerla” argumenta el premio nacional que asegura que “si lo hiciera, vería que el abanico de temas es enorme, que todos los asuntos pueden ser tratados y que la dificultad reside precisamente en hacer que el niño lo comprenda, que le llegue”. En su conversación con Culturamas sobre el estado de la literatura para los más jóvenes comentó en cuanto al estilo que “es complicadísimo e interesante. De hecho, muchos autores de literatura para adultos podrían a veces aprender de la sencillez de la Literatura Infantil y Juvenil”.

No obstante, el autor está convencido de que con el paso de los años la sociedad va rompiendo sus prejuicios, y comenta con satisfacción la revalorización de esta literatura por parte de los propios profesores de los colegios. “Hace veinte años la consideraban una literatura de evasión, demandaban los clásicos. Ahora reconocen nuestro trabajo, valoran nuestros libros. Es algo muy importante”

Pero que aún queda mucho por hacer es algo que tiene claro Gómez Cerdá, que sostiene que “Lo que marcaría el cambio es que todo el mundo, no sólo los jóvenes, pudiera leer un libro infantil o juvenil. Estamos en ello. Los que creemos en esto estamos en una batalla constante por prestigiar la Literatura Infantil y Juvenil”.
Entrevista publicada en la revista Culturamas.
Imagen y texto: JS

miércoles, 3 de febrero de 2010

Tic, tac

Érase una vez un cuento. Un cuento de esos que encantan, que fascinan y que permanecen en nuestras estanterías junto a los grandes clásicos. Uno de esos con todos los ingredientes.
Un príncipe, si bien de antecedentes nobelescos tiene poco, con cierto rasgo de patito feo, inseguro y frágil, que conmoverá a los lectores más duros y nos hará reconocernos a muchos.
Un hada madrina en forma de matrona de prostitutas y madres solteras, con fama de bruja pero gran corazón, experta relojera y de carácter fascinante.
Un malo malísimo, no tan malo, en todo caso demasiado humano. Un brillante escenario del siglo XIX que comienza ni más ni menos en el día más frío de la historia.
Una princesa, por supuesto, bellísima, de gafas rotas y origen andaluz.
Y, como no podía ser de otra manera, una historia de amor. Con una peculiaridad: el corazón de Jack, el protagonista, funciona con el mecanismo de un reloj de cuco, y su peculiar prótesis no sobrevivirá a enamorarse. Aún así, guiado por su espíritu ingenuo, buscará el amor con la certeza de que no le provocará sufrimiento alguno, pero poco a poco descubrirá con el lector que las cosas no siempre son como uno las desea.
La novelita, en fin, supone un fugaz deleite que hará reír y llorar en diversas ocasiones. Su trama agridulce, contada con un texto exquisito, desafiará a los cuentos populares, construyendo una hábil metáfora de la vida real, que concluirá en definitiva en una fábula para adultos. Con un aire que pudiera recordar a Tim Burton pero con personalidad propia, La mecánica del corazón es un libro que dará que hablar. Y que yo, desde El marcapáginas, os recomiendo de verdad.

lunes, 1 de febrero de 2010

Palabras envenenadas

Palabras envenenadas es el título de la novela ganadora del Premio de Literatura Juvenil de Edebé. La ganadora, Maite Carranza. Dejo este vídeo aquí, publicado por el Grupo Edebé (no es mío, no es mío, vengo en son de paz), porque me ha llamado la atención. Porque me parece una novela atrevida, durísima. Me apetece mucho leerla. Me intriga saber cómo logrará desenvolverse en un terreno tan espeluznante como el que ha escogido.

Así que aquí lo comparto con vosotros. A ver qué os parece...

UA-11417039-1