viernes, 30 de abril de 2010

Los ángeles caídos llegan para quedarse


Oscuros, la primera parte de la saga Ángeles Caídos, ha generado mucha expectación y no es para menos. Sin ir más lejos, Walt Disney Pictures ha comprado los derechos de la saga para llevarla a la gran pantalla aun cuando no se han publicado todos sus libros.

¿Cómo lo ha conseguido? ¿Qué ha conseguido captar la atención de Disney en una novela como Oscuros? Probablemente, el haber hallado la fórmula perfecta: amor prohibido, fantasía y tensión hasta el último segundo. Lauren Kate ha dado una importante lección a aquellos que observaban con escepticismo los últimos movimientos de la literatura fantástica para jóvenes, demostrando que hay vida después de los vampiros. Dejando claro que la fantasía puede reinventarse a sí misma. La apuesta, en esta ocasión, dos ángeles caídos condenados a no poder amarse.

La atmósfera es envolvente desde el primer momento. La autora huye del estereotipo ambientando su novela ni más ni menos que en un reformatorio. Los personajes, redondos, atrapan y rompen los esquemas del lector en múltiples ocasiones. Luce, la protagonista, llega al reformatorio acusada de haber tenido algo que ver con la muerte de su novio en un incendio. Tiene tan solo 16 años y le toca enfrentarse a una realidad desconocida para ella, desconcertante, pero esto le servirá para demostrar que no se detiene ante nada. Y menos aún cuando conoce a Daniel, verdadera baza de la novela, un chico misterioso y atractivo que, por un motivo que se oculta, le resulta muy familiar.

El ritmo es constante y acertado, mantiene la tensión en todo momento. Si bien en sus primeras páginas pudiera resultar algo monótono, el hilo de la trama mantiene al lector pegado a sus páginas, y aumenta en su emoción hasta alcanzar la cumbre en un final redondo, fuerte. Una conclusión que no hace sino dejar con ganas de más.

Un libro que sorprende, en definitiva. Que mantiene en vilo a todo aquél que lo lea y que cuenta, dicho sea de paso, con una encuadernación llamativa y muy cuidada. Toda una consolidación literaria para Lauren Kate, que ya había sido elogiada antes por su novela The Betrayal of Natalie Hargrove.


Reseña publicada en la revista Culturamas

lunes, 26 de abril de 2010

Món Llibre

18/IV/2010: Món Llibre
Fiesta del libro para niños y jóvenes en Barcelona. Tuve el placer de acudir con Arturo Padilla de Juan (Premio Sierra i Fabra 2006). Nuestra "conferencia"/"tertulia" fue distendida y bastante amena, pese a la falta de tiempo. Desde luego a destacar el impresionante ambiente general. Muchísimas actividades, mucha gente por la calle, y libros, libros, libros. Muy buenas sensaciones, en definitiva.
Esperábamos también a África Vázquez Beltrán (premio JSiF 2008), pero al final no pudo venir. Igualmente, conocer a Arturo fue una bonita experiencia, la verdad. Tiene muchísima vitalidad y un gran futuro literario por delante. Sin ir más lejos, ya ha conseguido publicar su segunda novela...
En la foto, Arturo, Jordi Sierra i Fabra y yo, en casa de Jordi, donde pude ver (y tocar!) algún que otro manuscrito. No exagero si digo que me temblaban los dedos.

Y seguimos...

Viva. Viva. Hace tiempo que esa palabra no tiene sentido. Ha cambiado estar viva por ser inteligente. Por respetarse, por hacerse valer. Pero ahora, autómata, zombie, toma cada día un sucedáneo de eso que llaman vida. Un ejemplo mutilado de eso que sí llegó a experimentar un día.

Y ya no le apetece dormir. Porque dormir no es más que descansar unos ojos que han estado despiertos. Y ella no está muy segura de haber visto nada. A decir verdad, piensa que sólo en esas noches de insomnio es capaz de abrirlos un poco, aunque sólo sea para ver a sus pies desnudos apuntando a la puerta.






25/IV/2010. Seguimos con prólogo...

sábado, 24 de abril de 2010

Dibujando

Si no es mucho pedir, me gustaría robarle un segundo de más a la vida
E invertirlo, a poder ser, en alargar alguna despedida
En mirar las cosas desde otro prisma
En saborear aún un poco más el regusto de la risa en la boca del estómago

Si no es mucho pedir, querría borrar alguna palabra del diccionario
Romper papeles absurdos,
Gritar pidiendo cordura a toda esa gente que aún cree en los contratos
Y ya de paso, también, darle una patada al milímetro que separa dos manos al andar

Si no es mucho pedir, me gustaría que mi boca se aprendiese eso de “hasta mañana”
Porque yo siempre he sido de arrancar los finales de los cuentos
Por muy felices que sean,
Lo triste está en que siempre haya un final

Si no es mucho pedir, pediría un lápiz
Emborronaría esta noche, la dibujaría distinta
Menos kilómetros, menos papeles, menos legislación, menos farolas
Más estrellas, más cerveza, más cosquillas, más sábanas, más tú
Menos tontería


Me gustaría no sentir que pido demasiado,
Si no es mucho pedir.

sábado, 10 de abril de 2010

Desencuentro




Kutxi Romero (cantante de Marea). Siempre he pensado que lo de Kutxi es poesía así que... ¿por qué no encuadrarlo en el marcapáginas? :)

"No digas que te he mordido
Déjame dormir contigo
Yo te juro por mis muertos que te ronco despacito..."

viernes, 9 de abril de 2010

Piedras a Bukowski

"-¡Mataré a este coche! -gritaba ella-. ¡Mataré a este coche!
Sus puños golpeaban en el capó, en la puerta, en el parabrisas. Empecé a mover el coche con lentitud, para no herirla. Mi Mercury Comet del 62 había quedado fuera de combate y me había comprado recientemente un Volkswagen del 67. Lo tenía reluciente y encerado. Tenía incluso una gamuza especial en la guantera. Mientras andaba hacia delante, Lydia seguía golpeando el coche con sus puños. Cuando la dejé atrás, puse la segunda marcha. Miré por el retrovisor y la vi plantada de pie, solitaria a la luz de la luna, inmóvil con su batín azul y sus bragas. Se me empezaron a contraer las tripas. Me sentía enfermo, inútil, triste.
Estaba enamorado de ella"
Charles Bukowski. Mujeres.

Que lo critiquen cuanto quieran. ¿Que lo imitan? Sí. ¿Que es sucio? Puede. Pero a más de uno nos anuda el estómago ver cómo es capaz de encontrar sueños en el alcohol, más allá de sus cristales rotos.
Que critiquen si quieren, pero sus palabras escuecen.
Ahí queda eso.

"Te quiero. He llegado a quererte tanto que de hoy en un tiempo no me acostaré contigo"
UA-11417039-1