viernes, 9 de abril de 2010

Piedras a Bukowski

"-¡Mataré a este coche! -gritaba ella-. ¡Mataré a este coche!
Sus puños golpeaban en el capó, en la puerta, en el parabrisas. Empecé a mover el coche con lentitud, para no herirla. Mi Mercury Comet del 62 había quedado fuera de combate y me había comprado recientemente un Volkswagen del 67. Lo tenía reluciente y encerado. Tenía incluso una gamuza especial en la guantera. Mientras andaba hacia delante, Lydia seguía golpeando el coche con sus puños. Cuando la dejé atrás, puse la segunda marcha. Miré por el retrovisor y la vi plantada de pie, solitaria a la luz de la luna, inmóvil con su batín azul y sus bragas. Se me empezaron a contraer las tripas. Me sentía enfermo, inútil, triste.
Estaba enamorado de ella"
Charles Bukowski. Mujeres.

Que lo critiquen cuanto quieran. ¿Que lo imitan? Sí. ¿Que es sucio? Puede. Pero a más de uno nos anuda el estómago ver cómo es capaz de encontrar sueños en el alcohol, más allá de sus cristales rotos.
Que critiquen si quieren, pero sus palabras escuecen.
Ahí queda eso.

"Te quiero. He llegado a quererte tanto que de hoy en un tiempo no me acostaré contigo"

4 comentarios:

  1. Pues a mí me ha gustado mucho el relato y la última frase. Me gusta su estilo de anudar el estómago.

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  2. gracias, Marcos :) Me alegra que compartas mi opinión

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  3. Yo no he pillado mucho el asunto pero me gusta :)

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