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miércoles, 20 de abril de 2011

Crítica a la crítica.

Las películas de Pixar emocionan y siempre dicen algo. Eso es algo que siempre había advertido pero que hasta ahora no me había parado a analizar. Esta semana santa, con un trabajo de teoría de autor a cuestas, me ha tocado analizar concienzudamente alguna de sus películas: entre ellas Ratatouille. Cuando la vi por última vez, tenía 17 años y no me detuve demasiado a paladearla, pero la película verdaderamente lo merece. No es la más conocida de Pixar, tampoco la más querida, pero en mi caso es la que más me emociona. Quizás porque habla de arte, quizás porque habla de sueños, del placer, de París, del amor, de integración interracial, de que "anyone can cook". Es una película sabrosa, llena de matices, cocinada con mucho mimo. De esas que te envuelven y te contagian la sonrisa, provocando un "¿por qué no?". De esas que volverías a ver una segunda, una tercera vez, para masticar cada uno de sus detalles. 
Hoy me quedo con uno de los discursos finales de Anton Ego, crítico culinario que desde la primera escena atenaza a todo cocinero de París y que, el los últimos minutos del film, nos deja a todos una lección interesante. Habla de cocina pero, amigos, creo que todos nosotros (todos los que nos dedicamos desde el lado que sea a algo relacionado con las artes o la cultura) sabremos entender muy bien.

“En muchos sentidos, la labor de un crítico es sencilla. Arriesgamos muy poco y sin embargo disfrutamos de una posición privilegiada sobre aquellos que ofrecen su trabajo y su persona a nuestro juicio. Prosperamos gracias a la crítica negativa, la cual es fácil de escribir y leer. Sin embargo, la amarga verdad que debemos enfrentar nosotros, los críticos, es que en el gran orden de las cosas la pieza promedio de basura es más significativa que la crítica que la califica de esa forma.


Pero hay ocasiones en que un crítico realmente arriesga algo, y esto ocurre en el descubrimiento y defensa de lo nuevo. El mundo es a menudo cruel con los talentos nuevos, las nuevas creaciones; lo nuevo necesita amigos”




(Aquí va el video. Ojo, spoilers, a fin de cuentas es una escena final...)

viernes, 15 de abril de 2011

Todas las canciones hablan de mí



"Evolucionar constituye una infidelidad. A los demás, al pasado... a las antiguas opiniones de uno mismo. Cada día debería tener, al menos, una infidelidad esencial. Una traición necesaria. Se trataría de un acto optimista, esperanzador, que garantizaría la fe en el futuro. Una afirmación de que las cosas pueden ser no solo diferentes, sino mejores" - Todas las canciones hablan de mí, de Jonás Trueba.

Una película en la que no pasa nada. Ni comienzo, ni final, ni evolución de personajes. Nada. Solo como un retrato, así como en acuarela, así como sin entender lo que pinta pero probando colores. A mí, humilde servidora, sin idea ninguna de cine y sin expectativas de ningún tipo, me provocó más de una sonrisa. Mucho Madrid, personajes curiosos, conversaciones cuidadosamente realistas y reflexiones como la que arriba os dejo. A ver si, como a mí, también os pica la curiosidad.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Rompiendo clichés

Hoy llego sorprendida. Hoy, por primera vez en mi corta trayectoria de criticona, puedo decir que una película adaptada de un libro me ha gustado verdaderamente. Y no, no hablo de "han sido fieles al libro, podría haber sido peor". Hablo de una película que, esta vez sí, me ha encantado y me ha dejado un buen sabor de boca.
Hablo de El Erizo, la adaptación cinematográfica de La elegancia del erizo, por Mona Achache. En verdad, he de ser sincera: no quería ir a ver la película, porque es uno de los libros que más me han gustado este año y no quería estropear la imagen tan bonita que me había montado en la cabeza. Sin embargo, una amiga me ha engañado hasta conseguir que fuera, pese a mis reticencias. Y no me arrepiento en absoluto.

No se trata de una adaptación fiel. No. Lo que se mantiene fiel es la esencia, la magia, el encanto de La elegancia del erizo que ya me puso los pelos de punta en papel y que hoy lo ha vuelto a hacer frente a la pantalla. Y eso, eso, es precisamente lo que creía que no iban a conseguir.
Ya hablé en el blog del libro, y de lo muchísimo que me gustó, así que no voy a reincidir en el argumento. Sólo diré que la película ha conseguido cambiar el método, introducir nuevas formas e ideas que han conseguido lanzar el mismo mensaje que el libro.
Imprescindible. Eso sí, yo, que había leído el libro, he disfrutado bastante más que mi amiga, que no lo había hecho. Me parece, que de alguna manera, libro y película en este caso se complementan, más que sustituyen. Recomiendo, por primera vez en mi vida: leer el libro y, después, disfrutar de su versión cinematográfica.
Y creedme si os digo que jamás pensé que haría algo así.
Un punto especialmente fuerte, que me ha llamado muchísimo la atención, es la actriz que encarna a Renée. Sus ojos, su mirada desvalida e insegura dentro de esa apariencia grotesca y desagradable. Esos ojos han logrado superar los que creó mi imaginación.
Como mucho como mucho, por ser algo criticona, diré que el final es bastante mejor en el libro. El final es sublime. Al de la película, en cambio -al menos, desde mi opinión-, le falta algo de fuerza.

martes, 24 de noviembre de 2009

Veronika decide morir

¿Quién no conoce este libro? Probablemente, quien más quien menos, todos habéis oído hablar de él. A mí me lo habían recomendado mil veces, pero ya sabéis cómo va esto, la lista de libros se acumula y se acumula...
La cuestión es que ahora, dos años después de que me lo recomendaran, acabo de terminarlo, y es a mí a quien me toca ahora recomendaros a todos esta obra de arte. El argumento, supongo, lo conocéis: Veronika es una chica que lo tiene todo, es atractiva, exitosa y, sin embargo, no es feliz. Es por ello que intenta suicidarse, pero no lo consigue y es ingresada en un hospital psiquiátrico donde le anunciarán que, por daños durante su intento de suicidio, le quedan sólo cinco días de vida. Y estos cinco días le servirán a la protagonista -y con ella, al lector- para apreciar las cosas de la vida que hacen que nuestra existencia valga la pena.
Una reflexión sobre la locura inherente a la cordura. Una fuerte crítica a las convenciones sociales que deja al lector con ese sentimiento, ese que sólo un buen escritor puede transmitir, esa adrenalina que atrapa y pega a cada página del libro, dejando ganas de vivir pegadas a nuestras retinas. Y, por supuesto, ganas de volver a leer a Paulo Coelho.
En definitiva: leedlo, sí o sí. Que es corto (para aquellos con listas de libros pendientes, no será un problema) y, además, merece la pena.
Me he enterado, además, gracias al cotilleo por la red, que se ha hecho una película de este libro, aunque no ha sido estrenada todavía en España. Tal vez la tengamos en nuestras pantallas en 2010. La actriz que encarnará a Veronika es Sarah Michelle Gellar (la de Buffy, sí).
La verdad, soy poco amiga de las adaptaciones cinematográficas de los libros. Suelen decepcionarme y es posible que vuelva a pasarme lo mismo. Ojo, me encanta el cine, pero no nos engañemos, el guionista (Larry Gross) y la directora (Emily Young) tendrán difícil transmitir al espectador la estupenda voz de Paulo Coelho.
Sin embargo, dándoles un voto de confianza, aquí os dejo el trailer, por si os pica la curiosidad.


UA-11417039-1