domingo, 24 de mayo de 2009

De todo un poco

Hoy me han preguntado, por quinta vez en mi vida, si me he leído El código Da Vinci. He dicho que no, como las cuatro veces anteriores. Por supuesto, se han vuelto a escandalizar; aunque esta vez me han dado una especie de voto de confianza. Han debido de pensar "esta bohemia que se compra libros de segunda mano, seguro que piensa que es literatura barata".
El sujeto en cuestión se ha encogido de hombros y me ha explicado sus razones.
-A ver, no es un buen libro. Pero no sé, chica, para pasar el rato...

Me he reído. ¿Por qué? Porque si no me lo he leído no es por eso.

No soy muy exquisita, en cuanto a literatura. Para nada. De hecho, soy bastante burra a la hora de elegir libros y, mal que me pese, los escojo según un criterio bastante ridículo (título, resumen final, y primer párrafo). Y no ando buscando la excelencia, ni mucho menos, ni me dejo guiar por las reseñas en los grandes libros Sobre Literatura, ni voy detrás del Premio Planeta nada más pronunciarse el fallo. De hecho, me he leído las cosas más variopintas, pasando por El perfume (maravilloso) hasta (y que me perdonen sus fans) Crepúsculo.
Sí, blogueros, he leído Crepúsculo (aunque no me haya gustado). Y tantas y tantas lecturas que muchos se avergonzarían de reconocer. Porque yo creo que hay que leer de todo.

Pero en fin, volviendo al hilo, que me he reído. Porque no he renunciado a leer El Código Da Vinci porque no esté a mi altura (y, madre mía, espero no llegar nunca a ser tan prejuiciosa). No me lo he leído porque no me gusta leer los libros cuando todos los están leyendo. Estúpido, ¿verdad? Ya. Me lo dicen mucho.

Me gusta leerlos cuando ya nadie habla de ellos. Quizás sea por la manía que tiene la gente de destripar finales, analizar escenas que todavía no he leído o -más terrorífico todavía- hacer películas sobre los bestsellers. Probablemente me lea El Código Da Vinci, dentro de unos años, así como también llegará el día en que me lea La sombra del viento.

Pero hoy por hoy, prefiero seguir buceando en los cajones de sastre. Un libro, un euro.
Y, la verdad, tiendo a ser bastante cabezota.

10 comentarios:

  1. No te creas, no eres la única. A mí suele pasarme. Me fastidia ver las series o las películas o leer los libros cuando lo hace todo el mundo. Me parece genial que la genge lea libros en masa. Buenos o malos, al menos esos fenómenos hacen leer a gente que no suele hacerlo.

    Aún así, como persona que siempre lo hace (leer), prefiero leerlos a mi aire, cuando yo quiero. Cuando los libros se olvidan y se apilan en las librerías sin que nadie se acuerde de ellos. Hay algo diferente en eso, es más como algo entre tú y el libro. Hay algo mágico, y eso me gusta.

    Como tú, probablemente cuando lea "Los hombres que no amaban a las mujeres" o "La sombra del viento" será cuando nadie se acuerde de ellos. Y no es porque piense que son menos buenos o porque me guste esconderme detrás de mis gafas de pasta argumentando que estoy por encima de Zafón, es porque, simplemente, es diferente leerlo cuando nadie más lo hace.

    Ya me tendrás que enseñar esos sitios de un libro, un euro en Madrid. Porque aquí no los hay, y la idea me parece encantadora.

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  2. Hay muchos sitios aquí, en Madrid, de "un libro, un euro". El año que viene te lo enseño.

    Porque vienes, ¿no?

    Un beso =)

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  3. Lo bueno de los fenómenos en masa es que no tienes que comprarte el libro sino que te lo prestan xDDD

    A mi me pasó en El niño del pijama a rayas, me negaba en rotundo a leerlo (lo que implica comprarlo) pero oye si me lo prestan... la cosa cambia porque no he sido yo la que ha picado en el marketing y desde luego no tendré en mi estantería un libro que no me gustó nada.

    En cualquier caso, no suelo esperar, si alguien en quien confío me ha dicho que me gustará, entonces lo leo y punto. Ya tendré tiempo luego de tirárselo a la cabeza. xDDD

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  4. Sonará "rastrero", pero hubo una época en la que si la portada no me entraba... ¡¡no me los compraba!! (Vaaale, duró poco, pero cuando lo conté -tan solo 1 vez a parte de esta- se produjo un silencio incómodo y unas miradas extrañas!!)


    Pero coincido contigo en eso de que no me leo libros que se lea todo el mundo... y tengo una razón más. No es por ir de soberbia, pero algo tienen de "movimiento de masas", y no me gusta que me "obligen" a leer por leer. A parte de que no encuentro la lectura como un mero pasatiempo. El día que me ocurra, dejaré de leer.
    Un beso

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  5. A mí me ocurre algo parecido. No es por ser pedante, ni exclusivo, ni tan siquiera por ser más sibarita que nadie. Me gustaba Auster cuando lo descubrí, cuando no lo leía ni su mujer, y no es que después dejara de gustarme, pero se fue tornando más predecible.

    Me encanta ser quien descubra a los autores, los libros mágicos de los que no he oído hablar antes. También compartirlos y descubrirlos gracias a los blogs. Pero lo multitudinario, lo que "es obligatorio" haber leído... como que no va conmigo.

    No leí tampoco El Código Da Vinci, pero sí estoy leyendo Los hombres que no amaban a las mujeres. Me dió por ahí, y no me está gustando. Y terminarlo, lo terminaré, qué remedio. Aunque temo represarias contra mi blog si me da por criticarlo abiertamente por allí ;)

    Saludos.

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  6. Llevo un par de años, desde que empecé la carrera, que me es imposible seguir el ritmo de lectura de las novedades o los bestsellers. También es verdad que me estoy releyendo todo Medieval, Siglos de Oro, etc, cuando ahora nadie se lo lee. Es lo que tiene estudiar Filología Hispánica. Releo libros que fueron los bestsellers de hace unos cuantos siglos.

    Libros como El Código Da Vinci, El niño con el pijama de rayas, Los hombres que no amaban a las mujeres... ¿es obligatorio leérselo cuando ya han pasado unos cuantos meses desde su lanzamiento? ¿entrarán en el canon literario? ¿Serán leídos dentro de un siglo?

    Un blog muy interesante ;)
    Un saludo!

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  7. "Releo libros que fueron los bestsellers de hace unos cuantos siglos"- Jeje, me ha gustado esto. Como estudiante de filología que fui me he sentido identificada... porque por aquella época me costaba un mundo leer todo lo que quería leer (no necesariamente bestsellers del momento). Y mientras trabajaba en la FNAC procuraba mantenerme al día con las novedades y se me escapaban los grandes clásicos... si es que nunca llueve a gusto de todas...
    Saludos!!

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  8. Me encanta leer estos comentarios y ver vuestros puntos de vista. A mí también me ha gustado eso de "libros que fueron bestsellers de hace unos cuantos siglos". Me hace pensar, la verdad. Quizás estemos dejando pasar lo que en el futuro se consideren joyas de la literatura.
    Sea como sea, hoy en la feria del libro -a la cual le dedicaré la próxima entrada de blog- hemos comentado con mis amigos que quizás la razón de nuestro rechazo a los bestsellers sea el hecho de que nos bombardeen con tanta propaganda.
    Quema, la verdad.

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  9. supongo que comparto ese instinto por no leer best sellers. tampoco es por nada especial, supongo. mi madre y mi hermana se los leen y después me miran diciendo leetelo, y yo, como quien no quiere la cosa, miro para otro lado y cambio de tema. no tengo nada en contra, "el código da vinci" y "la sombra del viento" me dan mucha pereza. "el niño del pijama..." me lo dio mi madre (totalmente de acuerdo con el tipo que ha señalado el detalle de que lo bueno de los best sellers es que la gente te los presta a toda costa para que te los puedas leer), y ahi está, en la estantería de mi habitación. o eso creo. quizá debería comprobarlo. y el de los hoimbres estos que no amaban a sus mujeres, pues si soy sincero el titulo me encanta, y el de la chica que soñaba con cerillas y bidones de gasolina ya ni te cuento. pero vuelve mi estado somnoliento ante ellos. qué curioso, a unos solo les sale leer eso, y a otros solo nos sale no hacerlo. de todas formas creo que la principal razón de que no los leo es que estoy con uno de irvine welsh, y tengo otros dos en lista de espera de fante y patricia highsmith, así que sí, supongo que la principal razçón es esa, que en el tiempo que tengo leo otras cosas.
    vaya royazo he soltado la leche. perdona jara, por contarte la biblia, y ni siquiera en verso.

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