No mentía cuando dije que eras el equilibrio.
Muchas veces intento apoyarme y me tambaleo.
Ojalá todo fuera cuestión de aprender a hacer malabares. De saber caminar sola por la cuerda floja, sin mirar al suelo. Y no me voy a caer, no me voy a caer.
Pero a veces la cuerda tiembla. Y ¿dónde estás? ¿cómo sigo así? Si no sé si alguien espera al otro lado. Si no debería mirar abajo, a ver si la red me sujetaría, porque si miras abajo te caes, y eso me lo han dicho toda la vida.
Supongo que a veces no queda otra que seguir andando, caminar sobre el alambre hasta que forme parte de mi pie. Echarle uñas.
Porque yo solita decidí ser equilibrista.
el equilibrio está en el desequilibrio. no mirar abajo. no mirar abajo.
ResponderEliminar