viernes, 7 de octubre de 2011

Laura Gallego: “No escribo para enseñar, ni para acercar a los jóvenes a la literatura. Ni mucho menos para moralizar”

El centro de Madrid es un bullicio. En plena Gran Vía, unos manifestantes gritan y cortan el tráfico. El mundo, convulso, parece temblar de rabia en el centro de Madrid. En el Hotel de las Letras, en cambio, la voz de Laura Gallego García suena dulce, cálida. Presenta su libro “Donde los árboles cantan” (SM) y, de la misma manera que muchos de sus lectores se sumergen en sus novelas perdiendo la noción del tiempo y el espacio, todos, periodistas, fotógrafos y blogueros, se concentran en su relato ajenos al griterío exterior.

Donde los árboles cantan” es esta vez una novela autoconclusiva, y llegará a las librerías el próximo 14 de octubre con una primera tirada de 45.000 ejemplares. Ambientada en un medievo fantástico, narra en sus páginas la vida de Viana, una doncella acostumbrada a vivir la vida a través de los libros y que no considera la idea de vivirlas en carne propia hasta que un cambio en su destino la obliga a replantearse su futuro. Ante un posible referente autobiográfico, motivado quizás por una metáfora de la soledad del escritor, Gallego lo desmiente: “Mis personajes están en mí pero no son reflejo de mí misma”, explica, “de lo contrario todos mislibros serían iguales”.

Tal vez no su reflejo se traduzca a sus novelas pero, como ávida lectora y licenciada en filología hispánica, sí afirma tener influencias de todo tipo, a veces de manera inconsciente. Ésta, sin ir más lejos, surge del momento en que escribía su tesis doctoral, y contiene elementos de las novelas de aventuras del siglo XIX, pero también de la poesía de corte, los juglares y un sinfín de referentes literarios e históricos que sin duda aportarán bastante al lector joven. La enseñanza, no obstante, no es en absoluto una prioridad para Laura Gallego que asegura que “No escribo para enseñar, ni para acercar a los jóvenes a la literatura. Ni mucho menos para moralizar. Mis libros no pretenden ser libros de texto, y quizás por eso gusten.”


Efectivamente, gustan. No en vano las cifras ascienden a 600.000 ejemplares vendidos de su saga Memorias de Idhún o los más de 60.000 de Dos velas para el diablo (ambas también publicadas por SM). El Premio Cervantes Chico (2011) o la Placa de Plata de la editorial SM avalan su trayectoria. Hoy, con 33 años, sigue “viviendo literariamente”, y comparte en la presentación su método de escritura porque “Puedo tejer en mi cabeza una historia durante meses, o años, y hasta que no está perfectamente hilada no me decido a comenzarla. Hago esquemas de todos los capítulos y fichas de personajes. Solo entonces empiezo a escribir, y ese es el proceso más rápido de todos, aunque después dedique mucho también al proceso de reescritura”.

Y entre novela y novela, Laura Gallego apuesta por el contacto con sus lectores como ya lo hizo en sus comienzos, convirtiéndose en la pionera en España en crear un foro de discusión de la literatura, que con el tiempo se ha convertido en un emblemático lugar de reunión para jóvenes lectores y aspirantes a escritores. “Con el tiempo, la literatura está dejando de ser una afición solitaria”, afirma la autora, convencida de las potencialidades que Internet puede ofrecer a la literatura. Siempre ha cuidado su relación con los jóvenes, y a su anterior correo electrónico (que tuvo que suspender por exceso de mails), le sustituyen ahora una cuenta de twitter y su página web.

1 comentario:

  1. ¿Soy yo el único al que le recuerda un poco el título, y así la estética, a "Donde habitan los monstruos"? Tratándose de esta mujer, estoy casi seguro que lo ha copiado todo de algún otro libro, aunque sea del suyo propio (recordemos que Memorias de Idhun no es más que una copia de crónicas de la torre).
    Pero en fin, los jóvenes ya se darán cuenta de que esta personajilla no es escritora, es una persona con mucha suerte.

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