A veces, las princesas dan con la felicidad cuando encuentran un espejo.
No esperando unicornios, ni dragones, ni príncipes azules.
Simplemente descubriendo en su reflejo que tienen un par de piernas
con las que bajar solitas las escaleras de la torre.
Preciosa metáfora...y optimista sí. Cuando bajamos de la torre, o de la nube...dos piernas como dos soles, dos piernas para andar con algún que otro mortal que seguro nos lleva por caminos más interesantes...
ResponderEliminarSigue así, me encanta, ya lo sabes
Tremendo, Jara. Muy buena metáfora que se puede aplicar a muchos aspectos de una vida. Un relato breve estupendo. Enhorabuena.
ResponderEliminarMe encanta, Jara :)
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarAprovecho la visita por tu blog para informarte del lanzamiento de la novela negra: "Sé lo que estás pensando” de John Verdon (Roca Editorial).
Entra en la página http://www.seloqueestaspensando.com o en http://numrl.com/nuevayorkgratis. Si resuelves el juego de la novela, 'Enigma Manhattan' puedes ganar un viaje a Nueva York!
¡Mucha suerte y hasta pronto!
me encanta que logres que todo resulte un poco más fácil...
ResponderEliminarUna metáfora tan visual como realmente buena. Y lo que es más, parece muy fácil de comprender cuando se lee, pero lo impresionante es tener esa idea porque no todo el mundo saber leer la realidad, hay que tener un punto de magia.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos. Lo cierto es que me vino bien escribirla. Siempre es bueno poner los pies en el suelo y ver lo que tienes delante, supongo.
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